
Orpheus Musicus, Sergio Suarez, Laura Martinez Boj - Musica Scotica (2023)
BAND/ARTIST: Orpheus Musicus, Sergio Suarez, Laura Martinez Boj
- Title: Musica Scotica
- Year Of Release: 2023
- Label: Lindoro
- Genre: Classical
- Quality: flac lossless (tracks)
- Total Time: 00:59:41
- Total Size: 291 mb
- WebSite: Album Preview
Tracklist
01. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Violino solo, ad imitatione della trombetta
02. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Grave
03. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Ground after the Scotch humour
04. The Treatise of Good Taste in the Art of Musick The Lass of Peaty's Mill
05. A Sonata of Scots Tunes: O Mother what shall I do - Ettrick Banks - She Rose and let me in
06. A Sonata of Scots Tunes Cromlit's Lilt
07. A Sonata of Scots Tunes: Polwart on the Green
08. Scotch and English Songs: Rosline Castle
09. Twelve Scotch and twelve Irish Airs with variations: The Rakes of Westmeath - My Nanny O
10. Colin's Kisses: The Secret Kiss
11. Timon of Athens, Z.632: Curtain Tune on a Ground
12. The Fairy Queen, Z.629: The Plaint
13. Sonata Accademica IX, Op.2: Allegro
14. Sonata Accademica IX, Op.2: Adagio
15. Sonata Accademica IX, Op.2: Scozzese
16. Sonata Accademica IX, Op.2: Largo
17. Sonata Accademica IX, Op.2: Un poco andante et affettuoso
18. A Curious Collection of Scots Tunes: The Free Masons Anthem - My Love is Lost to me
19. Orpheus Caledonius, or A collection of Scots songs: A Health to Betty - The Young Laird
Irene Martínez Sevilla, violín – Manuel de Moya, violoncello – Manuel Minguillón, archilaúd y guitarra – Alberto Martínez Molina, clave – David Mayoral, percusión
“Música celta” es una etiqueta comercial del siglo XX aplicada a un género inspirado en la tradición musical de ciertas regiones del llamado Arco Atlántico. Las más conocidas son Irlanda y Escocia, pero esta etiqueta también incluye músicas provenientes de la Bretaña francesa, la Isla de Man, Cornualles, Gales, Galicia y Asturias.
La música celta actual no es puramente etnográfica, sino resultado de una combinación de elementos tradicionales con otros provenientes del pop, del rock o de otras “músicas del mundo” (por ejemplo, es habitual incorporar el buzuki, un instrumento tradicional griego). Esta “música celta” se suele asociar con paisajes verdes, costas escarpadas y seres mitológicos que habitan en los bosques, y es habitual encontrarla como banda sonora de películas o videojuegos de fantasía.
Mucho antes de que existiera este concepto, ya desde mediados del siglo XVII, encontramos un fenómeno similar en la música de cámara y el mercado de partituras británico. Respondiendo a la demanda de los aficionados por acceder a música fácil de interpretar y agradable al oído, con esquemas pegadizos y estribillos que pudiesen ser tarareados, algunos compositores y editores musicales exploraron la sonoridad del folclore de aquellas islas, con gran éxito comercial. Un ejemplo bien conocido es The English Dancing Master (El maestro inglés de danza, 1651), publicado por el editor londinense John Playford. Esta antología de canciones y bailes campesinos, destinada al entretenimiento doméstico, fue objeto de numerosas reimpresiones en las décadas siguientes. Se trataba de un síntoma evidente de la rápida difusión de la práctica musical entre las clases medias, resultado a su vez del auge comercial británico (de hecho, en 1695 Londres era la mayor ciudad europea, con 575.000 habitantes y un puerto clave para la economía mundial).
Desde finales del siglo XVII fueron ganando terreno en aquel mercado las melodías y esquemas de improvisación procedentes de Escocia e Irlanda. Los compositores formados en la tradición culta las fusionaron con géneros de música de cámara, como la sonata para violín, la suite o la cantata, que ya contaban con sus propias convenciones formales y estilísticas.
El folclore de aquellas tierras nubosas fascinaba a los aficionados por sus ritmos bailables, canciones suaves y armonía modal, además de un particular estilo de ornamentación. No eran menos importantes los textos líricos, que generalmente transportaban al oyente a ambientes románticos en el doble sentido de la palabra: paisajes grises con castillos en ruinas y acantilados en los que sucedían encuentros amorosos. No obstante, también encontramos letras con toques festivos o burlescos. Y es que, al igual que la música celta actual, estos arreglos de música enfatizaban unas veces el carácter contemplativo y melancólico de ese repertorio tradicional, y, otras, el virtuosismo, velocidad y frenesí de sus danzas.
01. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Violino solo, ad imitatione della trombetta
02. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Grave
03. Ayres for the Violin, books 1 & 4: Ground after the Scotch humour
04. The Treatise of Good Taste in the Art of Musick The Lass of Peaty's Mill
05. A Sonata of Scots Tunes: O Mother what shall I do - Ettrick Banks - She Rose and let me in
06. A Sonata of Scots Tunes Cromlit's Lilt
07. A Sonata of Scots Tunes: Polwart on the Green
08. Scotch and English Songs: Rosline Castle
09. Twelve Scotch and twelve Irish Airs with variations: The Rakes of Westmeath - My Nanny O
10. Colin's Kisses: The Secret Kiss
11. Timon of Athens, Z.632: Curtain Tune on a Ground
12. The Fairy Queen, Z.629: The Plaint
13. Sonata Accademica IX, Op.2: Allegro
14. Sonata Accademica IX, Op.2: Adagio
15. Sonata Accademica IX, Op.2: Scozzese
16. Sonata Accademica IX, Op.2: Largo
17. Sonata Accademica IX, Op.2: Un poco andante et affettuoso
18. A Curious Collection of Scots Tunes: The Free Masons Anthem - My Love is Lost to me
19. Orpheus Caledonius, or A collection of Scots songs: A Health to Betty - The Young Laird
Irene Martínez Sevilla, violín – Manuel de Moya, violoncello – Manuel Minguillón, archilaúd y guitarra – Alberto Martínez Molina, clave – David Mayoral, percusión
“Música celta” es una etiqueta comercial del siglo XX aplicada a un género inspirado en la tradición musical de ciertas regiones del llamado Arco Atlántico. Las más conocidas son Irlanda y Escocia, pero esta etiqueta también incluye músicas provenientes de la Bretaña francesa, la Isla de Man, Cornualles, Gales, Galicia y Asturias.
La música celta actual no es puramente etnográfica, sino resultado de una combinación de elementos tradicionales con otros provenientes del pop, del rock o de otras “músicas del mundo” (por ejemplo, es habitual incorporar el buzuki, un instrumento tradicional griego). Esta “música celta” se suele asociar con paisajes verdes, costas escarpadas y seres mitológicos que habitan en los bosques, y es habitual encontrarla como banda sonora de películas o videojuegos de fantasía.
Mucho antes de que existiera este concepto, ya desde mediados del siglo XVII, encontramos un fenómeno similar en la música de cámara y el mercado de partituras británico. Respondiendo a la demanda de los aficionados por acceder a música fácil de interpretar y agradable al oído, con esquemas pegadizos y estribillos que pudiesen ser tarareados, algunos compositores y editores musicales exploraron la sonoridad del folclore de aquellas islas, con gran éxito comercial. Un ejemplo bien conocido es The English Dancing Master (El maestro inglés de danza, 1651), publicado por el editor londinense John Playford. Esta antología de canciones y bailes campesinos, destinada al entretenimiento doméstico, fue objeto de numerosas reimpresiones en las décadas siguientes. Se trataba de un síntoma evidente de la rápida difusión de la práctica musical entre las clases medias, resultado a su vez del auge comercial británico (de hecho, en 1695 Londres era la mayor ciudad europea, con 575.000 habitantes y un puerto clave para la economía mundial).
Desde finales del siglo XVII fueron ganando terreno en aquel mercado las melodías y esquemas de improvisación procedentes de Escocia e Irlanda. Los compositores formados en la tradición culta las fusionaron con géneros de música de cámara, como la sonata para violín, la suite o la cantata, que ya contaban con sus propias convenciones formales y estilísticas.
El folclore de aquellas tierras nubosas fascinaba a los aficionados por sus ritmos bailables, canciones suaves y armonía modal, además de un particular estilo de ornamentación. No eran menos importantes los textos líricos, que generalmente transportaban al oyente a ambientes románticos en el doble sentido de la palabra: paisajes grises con castillos en ruinas y acantilados en los que sucedían encuentros amorosos. No obstante, también encontramos letras con toques festivos o burlescos. Y es que, al igual que la música celta actual, estos arreglos de música enfatizaban unas veces el carácter contemplativo y melancólico de ese repertorio tradicional, y, otras, el virtuosismo, velocidad y frenesí de sus danzas.
Year 2023 | Classical | FLAC / APE
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