Alfredo Bernardini - Juan Francés de Iribarren: Musica en la Catedral de Málaga (2011)

Tercer disco de la Orquesta Barroca de Sevilla dedicado a la música de las catedrales andaluzas y tercera enhorabuena. Está dedicado monográficamente a Juan Francés de Iribarren (1699-1767), el compositor navarro formado junto a José de Torres en Madrid, madurado durante los dieciséis años que ejerció como organista en Salamanca y maestro de capilla de la catedral de Málaga durante el segundo tercio del Setecientos y el programa está integrado por ocho cantadas y villancicos. O mejor, dicho, por siete más la introducción a una cantada navideña, presentada como solitario, pero espléndido ejemplo del quehacer orquestal de Francés. Se nos ofrece, por lo demás, un panorama forzosamente limitado -se conoce cerca de un millar de partituras de su autoría-, pero representativo de su evolución musical, claramente trazada en el folleto por el musicólogo Miguel Ángel Marín. Junto a la invasión de la cantada de corte italiano, que coexiste y llega a confundirse con el autóctono villancico, asistimos a la progresiva reducción del número de secciones, que se limitarán a un recitado y un aria, siempre da capo, y a la progresiva variedad del acompañamiento orquestal, en que los violines pueden intervenir a solo o ser acompañados por oboes, clarines y trompas -introducidas a mediados de siglo en la música catedralicia-. Además del fragmento orquestal citado, Yo soy aquel furor y Alados celestiales son las obras de más brillante paleta de color y en la navideña Pardiobre -arcaizante interjección que da título al disco- el oboe imita el timbre de la pastoril zanfoña, ofreciendo ocasión -hay otras varias en el disco- para el lucimiento del extraordinario Alfredo Bernardini, que asume también con garra y brillantez la dirección del conjunto. Decir que la Orquesta Barroca de Sevilla sigue maravillándonos es lo mínimo que podemos hacer. Y por último, las voces solistas, el tenor Lluis Villamajó y la experimentada Marta Almajano, rayan a gran altura.